En el siglo XX se produjo un aumento de longevidad humana. Gracias a los avances tecnológicos y médicos la expectativa de vida se ha ido acrecentando. La mayor parte de este siglo se caracterizó por el auge del pensamiento orientado a la población joven, al mismo tiempo el crecimiento demográfico demostró que la población mayoritaria alcanzaba edades superiores a los 60 años.
A este grupo debe adjudicársele las mayores conductas de discriminación en su contra por parte de la sociedad en general.
Este fenómeno de crecimiento demográfico de personas adultas se evidencia con mayor claridad en Europa y América Latina, si bien las causas son bien diferenciadas: en Europa el control de la natalidad ha devengado en familias mínimas, con un solo hijo, dando lugar a que sea mucho más notoria la presencia de adultos mayores y la ausencia de niños y jóvenes. En América Latina la causa de crecimiento demográfico es mucho más acelerada que la de los países desarrollados y también, la falta de control de la natalidad ha influido en ese crecimiento en todas las edades.
Según la UNESCO la expectativa de vida de 1993 era de 73 años y en haciendo una progresión al año 2025, se estima que la expectativa de vida será de 110 años, provocando una verdadera revolución demográfica y cultural, debido a factores socioeconómicos mejoramiento en la nutrición y de las condiciones de vida y los progresos en la salud.
En lo referente a los cambios climáticos, las Naciones Unidas han adoptado derechos hacia los adultos mayores, por ejemplo el documento del 16 de diciembre de 1991 (Resolución 46/91) “Las personas de edad deberán tener la posibilidad de vivir en entornos [medio ambiente] seguros y adaptables a sus preferencias personales y a la evolución de sus capacidades.”, asimismo el art. 7º de esa resolución especifica la importancia de la participación de los adultos mayores en lo atinente a las decisiones que los afecten, esto incluye las medidas referidas al cambio climático: “Las personas de edad deberán permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y la aplicación de las políticas que afecten directamente a su bienestar...”
Los adultos mayores en el marco de la Ecología Social
El medio ambiente nos pertenece a todos los habitantes de planeta, debemos considerarlo como un bien social para asegurar el bienestar de los pueblos.
El medio ambiente afecta el cambio climático y es responsabilidad de todas las sociedades el tomar muy en serio esta problemática que afecta mucho más directamente a los sectores más vulnerables de un país, en este caso, los adultos mayores.
Una sociedad bien informada puede peticionar a las autoridades y exigir respuestas porque somos parte de la naturaleza que ha desarrollado excelentes sistemas de apoyo a la vida durante millones de años, antes que los mismos seres humanos la desequilibráramos.
Breves nociones sobre Cambio climático
El clima de la tierra depende del equilibrio radiactivo de la atmósfera, el cual depende a su vez de la cantidad de rediación solar que ingresa al sistema y de la concentración atmosférica de algunos gases variables que ejercen un efecto invernadero natural (gases, traza con actividad radiactiva, nubes y aerosoles). Estos agentes de forzamiento radiactivo varían tanto de forma natural como por la actividad humana, produciendo alteraciones en el clima del planeta.
El Convenio Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (1992) define al Cambio Climático como una modificación del
clima atribuida directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la
atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables.
De la definición podemos interpretar que el cambio climático es producto de nuestra esencia. El Hombre a través de sus actividades altera la composición de la atmósfera lo cual produce cambios que persisten en el tiempo. Evidentemente la palabra que designa tales cambios es variación. El Cambio Climático es una variación que persiste durante décadas. Teniendo en cuenta que esto es reversible y los elementos podrían retornar a su
valor original, siempre y cuando, el Hombre cambie sus actividades, tendríamos lo que se denomina Fluctuación Climática. Resumiendo, el Hombre probablemente produzca un Cambio Climático, debido a sus actividades que han modificado la atmósfera terrestre al aumentar la concentración de dióxido de
carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero (ver Anexo A del Protocolo de Kyoto). Si la especie humana no modifica esta tendencia no podrá revertir la situación y no habrá Fluctuación Climática.
Los adultos mayores y su vinculación con el cambio climático.
Diversos estudios han demostrado en Estados Unidos que, en las décadas de los años 80 y 90, los problemas propios de las personas con edad avanzada se han reducido a un ritmo constante.
Puede demostrarse claramente que, tanto el aumento de la temperatura global como el de la cantidad de CO2 atmosférico han influido en este cambio. Es cierto que también existen influencias negativas para nuestra salud en ambas circunstancias.
Estudios recientes han demostrado que enriquecer el aire con dióxido de carbono aumenta las concentraciones y la actividad en las plantas de ciertas sustancias beneficiosas para la salud humana. Estas sustancias, como el ácido ascórbico, la antiocianina o los flavonoides (pigmentos vegetales), reducen los daños que los radicales libres producen a nuestro organismo.
Un radical libre es una molécula extremadamente inestable y con gran poder reactivo. Se forma en el cuerpo humano por el contacto con el oxígeno (por la respiración) y actúa alterando las membranas celulares y atacando el material genético de las células. También daña las proteínas y los lípidos, y con el paso del tiempo puede producir cáncer.
Pero, sobre todo, los radicales libres son en parte responsables del envejecimiento porque disminuyen la funcionalidad de las células, que no se dividen tanto como cuando somos jóvenes, lo que reduce el número de mitocondrias (órganos celulares que suministran la energía necesaria para el funcionamiento de la célula), con el consecuente deterioro del cuerpo con el paso del tiempo.
Por el momento, el consenso científico es abrumador respecto a las consecuencias negativas del aumento del CO2 y de otros gases contaminantes en la atmósfera debido a su contribución al cambio climático.
La incidencia de esta contaminación es particularmente notoria en lo que se refiere al incremento de enfermedades infecciosas tropicales, inundaciones y tormentas, extinción de especies de animales y plantas, sequías más intensas y prolongadas y destrucción de cultivos. Aparentemente, contribuye asimismo a prolongar la vida. Una paradoja más de la naturaleza.
Los fenómenos naturales y los fenómenos sociales ya no pueden analizarse separadamente, en el planeta todo lo que existe (viviente y no viviente) se encuentra cada vez más interconectado.
El cambio climático global surge de los daños que las actividades humanas han provocado en el ecosistema planetario, a consecuencia de la contaminación industrial y de la desaparición de los bosques.
El otro efecto notable es la aparición de fenómenos climáticos extremos que en todo el mundo están dejando una nueva percepción en la ciudadanía, es decir, una toma de conciencia acerca de las desastrosas consecuencias del cambio climático. Lamentablemente, pareciera de dicha concientización no llega a los gobernantes para que apliquen normas o políticas tendientes a la reducción de actividades perniciosas que afectan al clima de modo directo. Hoy existe la certeza de que las oscilaciones térmicas o los ciclos de sequía y humedad se han ampliado y que ciertos hechos como el fenómeno de la corriente marina de El Niño o los huracanes han aumentado en número y en potencia.
El cambio climático global, que ya no es un "fenómeno natural", sino reacciones impredecibles de la naturaleza frente a los cambios generados por la sociedad humana. Las inundaciones que hoy azota el noroeste argentino, no son caprichos de la naturaleza, sino consecuencia directa del cambio climático generado por la deforestación salvaje de la región y la falta inaudita de normas de contrfol que pongan un freno a estas actividades. Otros cambios visibles son las temperaturas extremas que se vienen sucediendo en el hemisferio norte, cuyas principales víctimas son las personas de edad avanzada, especialmente vulnerables, dado su natural deterioro físico y la falta de medidas, no solo preventivas, sino de socorro y sanitarismo aplicado especialmente a este grupo.
Según el informe titulado: “El cambio climático y sus efectos en la salud humana”, presentado en diciembre del 2003 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cambio climático es responsable de cerca de 150 mil muertes anuales. La previsión de los expertos de este organismo es que esta cifra de decesos se duplicará para el año 2030, la mayoría en los países en desarrollo.
Los adultos mayores y su vulnerabilidad frente al cambio climático
Los desastres generan graves pérdidas de vida, heridos y la destrucción de viviendas, infraestructura y servicios básicos siendo los grupos más vulnerables los más afectados; en particular las mujeres, niños, minorías étnicas, adultos mayores, etc.
La mayor vulnerabilidad de estos sectores suele ser resultado de un sistema institucional que no incorpora adecuadamente estrategias para reducir los riesgos y fortalecer su capacidad para recuperarse luego de un desastre o para responder adecuadamente a las emergencias.
Los desastres naturales que ocurrieron en 2005 causaron las peores destrucciones y las mayores pérdidas desde que se tiene registro. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en un solo año hubo 350.000 muertos y se perdieron 200.000 millones de dólares en daños económicos. Los desastres más mortíferos fueron el tsunami en el sudeste asiático del 26 de diciembre del año 2004 y el terremoto en Paquistán del 8 de octubre de 2005.
El número de refugiados por causas ambientales -inundaciones, terremotos, deslizamientos- supera ya, con creces, al de personas desarraigadas por culpa de las guerras, las persecuciones políticas y los desastres económicos. Así se desprende de un informe del Instituto para el Medio Ambiente y la Seguridad Humana de la Universidad de las Naciones Unidas, con sede en Bonn, Alemania.
En medio de un sostenido calentamiento del planeta, no pocos investigadores predicen mayor número de catástrofes climáticas para los próximos años, lo que, desde luego, se traduciría en una avalancha de refugiados ambientales.
El Instituto para el Medio Ambiente y la Seguridad Humana cree que el número de refugiados ambientales hoy se ubica entre los 20 y 25 millones de personas y que en los próximos cinco años la cifra podría llegar a duplicarse.
El dramatismo del alerta tiene un porqué: nunca el planeta debió afrontar las consecuencias de un desplazamiento de personas tan masivo, y la humanidad se encuentra tan poco preparada para eso, que los refugiados ambientales ni siquiera son considerados tales por los organismos internacionales encargados de dar protección y asistencia a los desplazados.
El cambio climático mata a 150.000 personas y provoca cinco millones de enfermedades cada año
Estas estimaciones, que han sido publicadas en la revista Nature, también señalan que serán los países pobres los más afectados por este problema, pese a ser de los que menos han contribuido a crearlo. Las regiones que padecen un mayor riesgo frente al cambio climático son las costas de Asia y Sudamérica, la del océano Índico y el África subsahariana, donde estas enfermedades son más prevalentes y estas regiones son más vulnerables a cambios bruscos en el clima.
Precisamente la OMS ha advertido de que las temperaturas más altas y la fuerte lluvia en el sur de Asia ha provocado el mayor brote de dengue en la zona en años, una enfermedad transmitida por mosquitos y que este año ha infectado a 120.000 personas en esta zona, provocando la muerte de al menos un millar, según la OMS
No existen medidas de previsión que le permitan al adulto mayor, por ejemplo, prepararse física y psicológicamente para eventuales situaciones de desastre. Asimismo, no se cuenta con profesionales específicos que puedan socorrerlos. En este punto en particular, es necesario destacar que no desconocemos la existencia de socorristas, sino su preparación específica para la atención de personas de edad avanzada, con toda la problemática concreta y propia de la edad. Quizá pudiera esto ser materia de estudio para la Gerontología que en nuestro país ha alcanzado niveles académicos importantes.
Teorías propuestas para concretar soluciones.
Es difícil abordar el final de este análisis sin caer en una conjunción de ideas que ya se han manifestado y que, en realidad, parecieran no tener eco.
Al decir del embajador Vicente Guillermo Arnaud, actual Presidente de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente, “se habla de prevención y se teoriza sobre ella, pero la realidad nos demuestra que no hay prevención”.
Para Ian Kiernan, condecorado con la Orden de Australia y fundador de A Limpiar el Mundo, “Los esfuerzos de los ciudadanos por disminuir el impacto del cambio climático no servirán para nada a menos que los gobiernos muestren un mayor liderazgo y se comprometan a reducir las emisiones que producen el efecto invernadero en un 60% para el año 2050, Está claro que no podemos evitar el cambio climático y que todos los habitantes de la tierra tienen un papel que desempeñar para limitar su impacto. Sin embargo, a menos que para mediados de siglo se reduzcan drásticamente las emisiones que provocan el efecto invernadero. El Protocolo de Kyoto fue un primer paso importante pero eso solo no dará lugar a los cambios que ahora sabemos necesarios si queremos que el impacto del cambio climático en el futuro inmediato sea mínimo." apoyando la campaña del Día de la Tierra 2006 sobre el cambio climático.
No es un facilismo alegar y bregar por la creación y especial aplicación de políticas públicas tendientes a disminuir el calentamiento global, pero ello debe ir acompañado de un fuerte respaldo de la sociedad toda, reconociendo el cambio climático como consecuencia real de la actividad humana en abuso de los recursos naturales.
En lo que se relaciona específicamente con las personas de edad avanzada, es de necesidad inmediata que los mismos encuentren en la sociedad un espacio que los integre, los entienda y los proteja.
Para nadie es desconocido que este grupo especialmente vulnerable, ha sido víctima en los últimas décadas un olvido no solo en la legislación sino también en lo social.
Si bien, como lo dejáramos anteriormente planteado, hay entidades dedicadas al socorrismo y al sanitarismo, no hay especialización para este grupo en particular. La falta de idoneidad para las dificultades que pueden presentar las personas mayores por parte de estos socorristas o sanitaristas, los deja virtualmente desamparados.
La contaminación ambiental no tiene fronteras. Es por eso que es de importancia vital la regionalización de pautas que tiendan a brindar una solución. Sin embargo, para la realización de un verdadero núcleo regional, es necesariamente imperante que cada uno de los estados miembros encuentren sus estamentos políticos, legislativos y judiciales fuertemente arraigados y vigentes y con sociedades ampliamente informadas, capacitadas e incluidas para poder lograr el efectivo éxito de cualquier idea de globalización regional.
Las políticas sociales regionalizadas dirigidas a los adultos mayores deberían orientarse a reducir sus diferencias, al estudio de su situación demográfica, ubicación de la mayor concentración poblacional, si pertenecen además a otros grupos vulnerables, etc.
Una vez obtenidos los datos cuantitativos, se pueden corregir fallas en los desequilibrios sociales y regionales, se puede hacer una justa distribución de los recursos naturales, se puede establecer profesionalización para la atención necesaria para este grupo vulnerable, se pueden gestar proyectos y programas conjuntos que no solo establezca capacitación idónea, sino también que encuentre a los adultos mayores prevenidos e informados acerca de las consecuencias del cambio climático.
Es inexplicable que no existan medidas de prevención las que solo aparecen cuando sobrevienen los desastres, ocasionando muertes, arrasando pueblos, devastando la agricultura y la ganadería, y dejando a los sectores afectados sin posibilidad económica de regenerar la fertilidad del suelo. Los gobiernos en general siguen adoptando medidas siempre después de las catástrofes y reconociendo solo entonces que el mundo se encuentra en grave peligro, gracias al cambio climático.
En las cumbres, foros y plenarios regionales, el cambio climático como problema ya mundial, está planteado. Es momento que las agendas de los funcionarios que participan, contengan, no ya discusiones, sino propuestas concretas que faciliten soluciones legislativas a corto plazo, y que sean imperantes para toda la región.
Es insoslayable que son los adultos y adultas mayores quienes acarrean toda la historia con sus necesidades y aciertos de una sociedad. Es por ello, entonces, innegable su derecho a ser partícipes de una integración social que no los discrimine o margine de la toma de decisiones tendientes no solo al crecimiento de una región sino también a la mejora de la calidad de vida de todo la sociedad.
Fortalecer a la sociedad es fortalecer la democracia y generar en el ciudadano la conciencia que es un individuo dentro de una sociedad planetaria.